Buganvillas
Olores de patinillos
Pronto se darán a conocer los
restaurantes premiados este último año con los galardones otorgados por la Guía
Michelin, Repsol o por la Real Academia de Gastronomía. Algunos de los que optan a estos premios
tienen en su poder otros anteriores y los que no las tienen confían en
recibirlas.
A mi azotea y desde el patinillo
llegaban olores a berzas, pucheros, sopa de tomate, o cualquier guiso ideado
por las ama de casa del vecindario comidas que alimentaban, no engordaban y
estaban buenísimas.
Además los alimentos utilizados para
tal fin, antes había pasado por el control del Estado, no venían del Corte
Ingles habían sido adquiridos con mucho trabajo, sudor y horas formando cola delante
del economato más cercano, donde tenias que ir con tu cartilla de racionamiento.
En aquellos años donde el hambre y la
falta de dinero habían conseguido el empobrecimiento de las clases más
humildes, una orden ministerial de 14 de mayo de 1939, estableció el
régimen de racionamiento en España para los productos básicos alimenticios y de
primera necesidad, como el pan, azúcar, arroz, aceite, leche, carne, etc.
Mientras iban apareciendo enfermedades relacionadas con la
falta de nutrición, sobre todo en los más pequeños, los aprovechados de la
situación se hacían ricos con las reventas de los artículos de primera
necesidad que no podían retirar los de peor situación económica.
Los artículos indicados en la cartilla fueron bajando en
calidad mientras que los de mejor calidad se vendían a unos precios
desorbitados, los que faltaban en la cartilla eran imposible de encontrar o
pagar.
Cuantas veces le echaban agua a la leche para alargar su
reparto, lo hacían casi delante de tus ojos, todo bajo la obra caritativa del
tendero el cual nos argumentaba que llegaría
para todos los niños, si se formaba algún murmullo, los agentes de la autoriza
pronto estaba allí.
Todo esto no me lo ha contado nadie, lo he vivido yo, en las
colas de abastecimiento.
Con el aceite ocurría lo mismo lo ligaban con otros de peor
calidad para satisfacer la demanda, cuando veías salir el liquido por el
repartido no sabias de que se trataba, lo cogías y punto.
La carne ni pensarla, se fue introduciendo en el mercado una
carne más barata, la carne caballo y no es porque fura mala de calidad es
porque empezaron a dar “gato por Libre”, caballo por vacuno pero al precio de
este último.
La cartilla del tabaco era diferente y su distribución se
efectuaba en unos establecimientos llamados “Estancos”. Con estas cartillas
solo se podía retirar “tabaco de picadura”, el resto era a su precio
normal. Comenzó la picaresca de las personas que no fumaban se encontraban al
retirar su ración con un producto que podían revender a los adictos que agotan su cupo.
En mayo de 1943 (BOE de 15 de abril de 1943), al mes de la
entrada en vigor de la cartilla individual, el número de racionados en España
era de 27.071.978 personas.
El racionamiento perduró oficialmente hasta mayo de 1952,
fecha en que desapareció para los productos alimenticios.
Saludos a tod@s
Nadie lo sabe y lo dice: sólo tú por mi secreto, ¿Con que llave penetraste por la cárcel de mi
sueño?
Coplillas de un secreto de Pilar Paz Pasamar
mi padre decia q compraba la zurrapa del cafe, q habia algo de dinero pero no habia comida
ResponderEliminarY a la mayoría que no hemos vivido eso.... nos cuesta valorar lo que tenemos!!!
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