sábado, 3 de junio de 2017






    Buganvillas



Olores de patinillos

Pronto se darán a conocer los restaurantes premiados este último año con los galardones otorgados por la Guía Michelin, Repsol o por la Real Academia de Gastronomía.  Algunos de los que optan a estos premios tienen en su poder otros anteriores y los que no las tienen confían en recibirlas.

A mi azotea y desde el patinillo llegaban olores a berzas, pucheros, sopa de tomate, o cualquier guiso ideado por las ama de casa del vecindario comidas que alimentaban, no engordaban y estaban buenísimas.

Además los alimentos utilizados para tal fin, antes había pasado por el control del Estado, no venían del Corte Ingles habían sido adquiridos con mucho trabajo, sudor y horas formando cola delante del economato más cercano, donde tenias que ir con tu cartilla de racionamiento.

En aquellos años donde el hambre y la falta de dinero habían conseguido el empobrecimiento de las clases más humildes, una orden ministerial de 14 de mayo de 1939, estableció el régimen de racionamiento en España para los productos básicos alimenticios y de primera necesidad, como el pan, azúcar, arroz, aceite, leche, carne, etc.

Mientras iban apareciendo enfermedades relacionadas con la falta de nutrición, sobre todo en los más pequeños, los aprovechados de la situación se hacían ricos con las reventas de los artículos de primera necesidad que no podían retirar los de peor situación económica.

Los artículos indicados en la cartilla fueron bajando en calidad mientras que los de mejor calidad se vendían a unos precios desorbitados, los que faltaban en la cartilla eran imposible de encontrar o pagar.

Cuantas veces le echaban agua a la leche para alargar su reparto, lo hacían casi delante de tus ojos, todo bajo la obra caritativa del tendero el cual nos argumentaba que  llegaría para todos los niños, si se formaba algún murmullo, los agentes de la autoriza pronto estaba allí.

Todo esto no me lo ha contado nadie, lo he vivido yo, en las colas de abastecimiento.
Con el aceite ocurría lo mismo lo ligaban con otros de peor calidad para satisfacer la demanda, cuando veías salir el liquido por el repartido no sabias de que se trataba, lo cogías y punto.

La carne ni pensarla, se fue introduciendo en el mercado una carne más barata, la carne caballo y no es porque fura mala de calidad es porque empezaron a dar “gato por Libre”, caballo por vacuno pero al precio de este último.

La cartilla del tabaco era diferente y su distribución se efectuaba en unos establecimientos llamados “Estancos”. Con estas cartillas solo se podía retirar “tabaco de picadura”, el resto era a su precio normal.  Comenzó la picaresca de  las personas que no fumaban se encontraban al retirar su ración con un producto que podían revender a los adictos  que agotan su cupo.

En mayo de 1943 (BOE de 15 de abril de 1943), al mes de la entrada en vigor de la cartilla individual, el número de racionados en España era de  27.071.978 personas. 
El racionamiento perduró oficialmente hasta mayo de 1952, fecha en que desapareció para los productos alimenticios.

Saludos a tod@s

Nadie lo sabe y lo dice:  sólo tú por mi secreto,  ¿Con que llave penetraste por la cárcel de mi sueño?

Coplillas de un secreto de  Pilar Paz Pasamar

2 comentarios:

  1. mi padre decia q compraba la zurrapa del cafe, q habia algo de dinero pero no habia comida

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  2. Y a la mayoría que no hemos vivido eso.... nos cuesta valorar lo que tenemos!!!

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Caminante

Caminante Nunca me hubiera yo imaginado escribir 50 blog,perdón, ni uno .Escribir nunca ha sido lo mio , pero saltó esta oportunidad...