miércoles, 4 de octubre de 2017

Casa del Pirata

   















 Patio
Casa del Pirata

 La conocida casa del Pirata es una de las mejores fincas de Cádiz, propiedad familiar, desde que su abuelo la adquiriera en los años 40 del siglo XX. 

Una casa cargada de Leyendas y curiosidades y que muchas gente conoce exteriormente, mucho más tras aparecer en el libro El Asedio de Arturo Pérez Reverte. Una casa palaciega en el centro de Cádiz, en la antigua Calle del Baluarte de San Felipe, hoy Beato Diego, número 8, antiguo número 117, que más allá de las leyendas guarda historia y patrimonio.

En el año 2015,  visitaron la finca algunos miembros de la asociación para la defensa del patrimonio de la ciudad “ADIP”, a modo de resumen escribo lo publicado:

Miguel tuvo la gentileza de abrirnos sus puertas, a pesar de haber vivido malas experiencias con otras personas que no supieron respetar lo que es su casa y su familia, pero que prefiere olvidar. Desde las malas experiencias son pocos a los que les abre las puertas de su casa, cansado de que llamen al telefonillo y se cuelen sin permiso y sin aviso. 

La casa es una joya arquitectónica única en la ciudad, protegida por nuestro PGOU con grado 0, aunque realmente la familia no sabe si es más una losa que un privilegio, ya que es casi imposible mantenerla, y les duele en el alma. Cambiar una puerta le puede resultar más costoso que hacer cualquier vivienda entera en la ciudad y, parece ser, que a nuestras instituciones se les olvida que son gente normal, que no son millonarios. 

Nos cuenta Miguel que muchos jóvenes de la Universidad de Sevilla de arquitectura son mandados allí para realizar sus trabajos.

Sus impresionantes aljibes sería lo primero que nos enseñaría, un joven al que por momentos le hemos devuelto el orgullo de vivir allí. Aljibes en dos plantas uno primero con solería de mármol que suponemos tuvo otro uso por lo mismo, y un segundo aljibe que sí ha sido utilizado para eso. 

Vamos subiendo pisos por la preciosa escalera que está colmatada con una especie de Vigía en la parte superior, por donde el propietario original vería la llegada de barcos a la ciudad, y cumpliría con su labor de comerciante. 

La casa está llena de recovecos, escaleras ocultas para las salidas y entradas en caso de peligro, numerosos balcones y cristaleras alucinantes.

Subimos a la azotea de lo que sería el servicio primigenio, separada de la que sería del señor. A la otra azotea, la principal, se accede directamente por lo que hoy es su vivienda. Mecanismos impresionantes para la época en lo que serían los ventanales, armarios empotrados dignos de la mejor iglesia de la ciudad nos dan también la bienvenida. 
Dentro de su casa, Miguel tiene la joya de la corona, un salón de baile, con un techo pintado al fresco reconocido ya por la familia Abarzuza. 

Cuenta que las cuatro doncellas que aparecen en las esquinas son las hijas del posible “corsario” que vivió en la misma, y en el centro del fresco aparecen ángeles, uno de ellos con los ojos tapados que puede representar al hijo que murió en combate, nuestras bocas quedan abiertas ante tan impresionante obra de arte.

Miguel nos enseña también los títulos de la casa, documentación desde principios del s.XIX que contiene testamentos, escrituras y que tenemos que poner en estudio.

Ahí acaba el resumen de la visita, la conocida o menos conocida finca, goza de una popularidad fuera de la ciudad ayudado por Arturo Pérez Reverte y la empresa de visita guiadas.

Saludos para tod@s.

Al hogar, como a la nave, le conviene el mar suave. Frase marinera


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Caminante

Caminante Nunca me hubiera yo imaginado escribir 50 blog,perdón, ni uno .Escribir nunca ha sido lo mio , pero saltó esta oportunidad...