martes, 30 de mayo de 2017


                                  Sierra del Pinar.  Cádiz


GAVIOTAS

En mi azotea y sobre mi cabeza revoloteaban las gaviotas los días que presagiaban mal tiempo los marineros en el mar. Eso ocurría en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, hoy las gaviotas se pueden posar o pasar cerca de ti paseando por la playa en cualquier época del año, si no están peleando con las palomas por un trozo de comida.

Las gaviotas se vincula tradicionalmente a los ecosistemas marinos, pero la creciente "colonización" por ellas de puertos y núcleos costeros está deteriorando el patrimonio, obligando a huir a otras especies y causando "ruido y molestias". 

Muchas de estas aves han sustituido los barcos pesqueros por las grandes ciudades, para ellas es más fácil conseguir alimento en la ciudad, no tienen depredadores y los nidos y cobijos están más protegidos que en otro lugar, en definitiva con más facilidades para alimentarse, anidar y multiplicarse.

Al atardecer o al amanecer los pequeños barcos de pesca entraban o salían de los puertos pesqueros cortejados por las gaviotas, hoy los esperan en tierra.

Dicen que las gaviotas lloran, entre los amigos de estas aves se extiende la idea que efectivamente lloran para eliminar la sal de su organismo, de sus observaciones se desprende que al contener una gran cantidad de sal el agua bebida en el mar si no la eliminan, a la larga sería letal.

Hace unos días una de estas gaviotas me hizo acompañarla en su revolotear a gran altura, me estuvo enseñando la ciudad y luego me invitó a posar con ella en la playa de la Caleta.

Qué bonito se ve desde el cielo el barrio de la Viña, calles de la Rosa, Corralón de los Carros, San Bernardo, San Félix,  la Palma o la taberna del Manteca, hasta el cielo llega el olor a chicharrones, que olor, (para los que no conozcan lo que es un chicharrón, decirles que es un trozo de carne de una parte especial del cerdo, frito en manteca natural del animal con unas especies naturales  secretas del cocinero), naturalmente que esta bueno., bueno.

La propia playa tiene un encanto difícil de comparar, los edificios y castillos que la rodean tienen mucha historia que contar.

Nos acercamos hasta la balaustrada desde donde se puede ver y gozar de la belleza y paz que tiene esta Caleta, la hora del día no importa pero si es al atardecer mucho mejor. Lugar de refugio, esparcimiento, ocio y disfrute de los vecinos de este barrio, un gusto para todos los sentidos del paseante que quiera sentir sensaciones inolvidables, belleza para la vista, olores a mar y roca para los sentidos olfativos, ruidos suaves con el roce del mar con las rocas para los auditivos, gusto a algas marinas para los gustativos y un ocaso de sol para el disfrute y relajación. También podemos percibir en el resto visible del antiguo y cegado canal Bahía-Caleta, también llamado de Ponce que dividía prácticamente la ciudad en dos mitades y fue puerto de los fenicios.

Dos castillos que la abrazan y cuidan para que las aguas lleguen suaves a la orilla de su playa, a la derecha el de Santa Catalina, a la izquierda el de San Sebastián, en el centro de la playa el Balneario de Nuestra Señora de la Palma y del Real, hoy dedicado a Centro de Arqueología Subacuática.

Solo los caleteros conocen como la palma de sus manos las piedras o marcas de su caleta, la piedra Cuadrá, la Palangana, la Redonda, la Borriquera, la del Plomo, los Camellos, las Canteras, tantas y tantas que conforman este precioso e incomparable rincón de la ciudad, entre sus piedras sus cangrejos moros, mojarritas, erizos de mar y otras especies marinas, hacen el disfrute de los mariscadores y pescadores del barrio.

Intento ya levantar el vuelo pero ha saltado el viento de levante, es  imposible, pero bueno que mejor sitio para ver una puesta de sol.

Rumores de caracolas…   Lleva el Viento en ésta playa    mientras le dicen a las Olas,     rema, marinero y calla.                   Gaviota blanca de Rafael Alberti

Abrazos para tod@s.



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jueves, 25 de mayo de 2017

















Orquídeas


CAMPANAS

En mi azotea las campanas de la iglesia de San Lorenzo se escuchaban a diario, no hacía falta estar en la azotea para ello, desde cualquier lugar de la finca se podían oír, pero en mi azotea tenían un sonido especial sus ecos eran puros,  sin interferencia.
Las campana del reloj campanario era más suave y nos indicaba la hora del día con sus cuartos y sus medias, las de la iglesia tenían un sonido distinto avisaban de los diferentes cultos que iban a celebrar, fiestas mayores religiosas, ángelus, ave maría, pero sobre todo las  llamadas a misa  con su primer, segundo y último aviso.
Al segundo aviso las mujeres del barrio que pensaban asistir a la misa, tomaban el rosario, el libro de misa y el velo para dirigirse a la iglesia.
Redobles  y repiques de campanas anunciaban día festivo, el ruido se hacía ensordecedor y las aves que estaban cerca saltaban despavoridas volviendo a su lugar una vez se impusiera la calma.
En nuestros días es difícil que esto pueda ocurrir, primero porque ya no doblan las campanas y segundo la ley de contaminación acústica las prohíbe en todos los lugares que puedan molestar.
En los pueblos y aldeas el sonar de campanas en las ermitas, conventos y monasterios siempre fue muy importante para la comunidad.
La iglesia de San Lorenzo Mártir fue construida en los años de 1700 con el patrocinio del obispo Lorenzo Armengual de la Mota, entre su gran patrimonio cabe destacar por su especial interés la Capilla  de la Venerable Orden Tercera de Servitas de María Santísima de los Dolores fundada en el año 1727.
La orden fue fundada el 15 de agosto de 1233 en la ciudad de Florencia, por los así llamados, siete santos fundadores, quienes pertenecían a una especie de cofradía dedicada a la veneración de la Virgen María. Inicialmente eran un grupo de amigos, que decidieron optar por vivir el Evangelio, ante la situación de caos y enemistad que por esas épocas se vivía en Florencia. Los cofrades tomaron el nombre de Siervos de María, porque el día de su fundación se celebraba en la Iglesia católica la Asunción de la Virgen.
En el año 1726 se fundó la Cofradía de Jesús de los Afligidos, en el 1730 la Archicofradía de la Virgen del Pilar y por último Jesús de la Penas en el año 1955.  La gran cantidad de pinturas y esculturas atribuidas a grandes maestros son innumerables.
El barrio de San Lorenzo donde está ubicado el templo, siempre se le ha conocido como un barrio muy tranquilo habitado por la clase trabajadora y profesionales liberales con un nivel económico medio bajo.

Una de las paginas mas completas sobre la Iglesia de San Lorenzo la podemos encontrar en la Web "Cadipedia".


La luna vino a la fragua, con su polisón de nardos. El niño la mira mira. El niño la está mirando.  Romance de la luna. Federico García Lorca

sábado, 20 de mayo de 2017



  
                                                                           Cádiz al atardecer

JUEGOS

En este mes de mayo, propicio para disfrutar de las azoteas, recuerdo que entre muro, muretes, poyetes y sabanas colgadas al sol jugaban los niños en las azoteas. El tipo de juego dependía de la edad de cada niño o niña. Mientras unos jugaban al “escondite” otros jugaban a la pelota, a saltar o simplemente a contarse cosas.
Las madres mientras tanto esperaban charlando poder recoger la ropa colgada. “Pepi, quieres decirle a los niños que no corran tanto, que Juan trabaja de noche y no puede descansar con tantas carreras”. ¿Y qué hago con los niños?”. “Lo que quieras, pero que dejen de saltar y jugar a la pelota”. Este era el típico diálogo entre una vecina del último piso y otra que estaba en la azotea. La cosa no pasaba a más, salvo que entre las dos hubiese algún tipo de pique.
Al poco rato las madres recogían la ropa y marchaban con los niños a  sus pisos. Estos tenían que hacer la tarea que le habían mandado en el colegio, el tiempo había estado bueno y las madres se habían distraído haciendo sus quehaceres.
Esto de los juegos no siempre ocurría en todas las azoteas, en muchas de ellas no había suficientes niños para los juegos.
Desde el pretil de mi azotea y según el viento reinante se podía escuchar a los niños jugando y gritando en la no muy lejana plaza de Mina. Recuerdo que no hace mucho tiempo daba yo un paseo por dicha plaza y afortunadamente había niños jugando como antaño, lo que me llenó de alegría. Algún terreno le han quitado las terrazas montadas por los bares cercanos, pero también la cantidad de niños ha descendido y los padres tienen donde conversar.
Decidí dar un paseo por la plaza y recordar tiempos antiguos. Por lo que he leído esta plaza fue huerta y enfermería de los Franciscanos hasta que quedó liberada con la desamortización de Mendizábal en 1838.  Recibió el nombre de Mina en honor de Francisco Espoz y Mina, vasco de nacimiento y militar de profesión que fue ascendido hasta Jefe de Brigada en 1812.
Esta plaza está rodeada de hermosas casas  donde habitaron ilustres vecinos. Tiene como edificio principal el Museo de Bellas Artes. También se puede observar  en el nº 3 dos lapidas que nos recuerdan que ahí nació, el 23 de noviembre de 1876, el célebre compositor gaditano Manuel de Falla. La finca nº 6 es una casa palacio de 1820 de estilo barroco neoclásico con un patio de gran belleza, últimamente ha sido reformada toda  la finca al haberle hecho entrega como donación su última propietaria Dª. Carmen Martínez de Pinillo al Ministerio de Cultura para la ampliación del  Museo de Bellas Artes 
En otra de estas fincas nació el geólogo José Macpherson y Heras, hijo de un prospero escoses afincado en Cádiz. En el nº 16 se encuentra el Colegio Oficial de Arquitectos de Cádiz. Al lado vivió y tuvo su sede la empresa naviera de D. José Matía Calvo, “Matias, Menchacatorre y Cía” dedicada a la exportación de sedas, otro vasco de nacimiento afincado en la ciudad a la cual legó su inmensa fortuna para obras de caridad como un asilo para pobres. Actualmente el edificio está ocupada por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía.
Y qué decir de nuestro Museo con pinturas, entre otros, de Zurbarán, Alonso Cano, Rubens y Murillo. Allí se conservan los hallazgos de la época romana provenientes entre otros de Baelo Claudia, Medina Sidonia, Santi Petri y la propia Gades.
Cuanta cultura encierra esta plaza entre sus paredes.
Cae la tarde y los chicos se van retirando, es hora de ir a casa, me cuentan que cuando llega la noche la plaza se va poblando de gente joven deseosa de tener una conversación y compartir algunos una copa, estos serán los que más tiempo probablemente duraran en ella. Cerca del amanecer y a la retirada de estos  entra el servicio de limpieza del Ayuntamiento para retirar la mala cultura allí depositada.
Al repuntar las mañana y con los primeros rayos de sol, los pájaros que han sido testigos desde la copa de los arboles de la agitada noche, comienzan a despertar la plaza con sus cantos y revoloteos, es el ciclo natural.

Los olivos no los levanto la nada, ni el dinero, ni el señor, sino la tierra callada, el trabajo y el sudor. Del poema Aceituneros de Miguel Hernández






martes, 16 de mayo de 2017

El lavadero



¿Quién dijo que los perros no leen?  
                                                                   Foto con permiso del autor

EL LAVADERO

El lavadero solo lo he tenido en mi primera azotea. Era una habitación construida sobre el techo del último piso, más o menos grande según los vecinos que componían el edificio. Sobre bases de madera o mampostería ya instaladas, cada vecina colocaba su lebrillo de barro o zinc. Sobre el lebrillo ponía su tabla ondulada para restregar la ropa sucia y no muy lejos el jabón verde,  el mejor para escamondar.
Al lado siempre  un cubo de zinc para el traslado de la ropa y algún utensilio más que no recuerdo. Ya solo faltaba lo más importante, los riñones y brazos de las mujeres trabajadoras
Previamente a todo esto teníamos que haber subido a peso el agua necesaria para la colada ya que la fuerza de esta solo llegaba a los primeros  pisos. La traíamos hasta  nuestras casas desde el servicio público instalado en la plazoleta de la Torre Tavira, donde había  una pequeña fuente artificial con tres o cuatro caños.
Cuando las colas se ponían abarrotadas por la gran cantidad de personas esperando su recogida quedaban algunas alternativas, como pagar a un aguador para que te la subiera al piso o acudir a comprarla, normalmente en una carbonería y subirla tú después.  Para  las dos necesitábamos recursos económicos.
Sobre las paredes del lavadero se colocaban algunos cordeles para tender en los días de lluvia alguna ropa urgente. El techo de vigas y ladrillos servía para formar esa segunda azotea o mirador. La puerta que daba entrada a la azotea tenía un cerrojo, el cual se abría para acceder, y debía cerrarlo el último que saliera, normalmente antes de la caída del sol.  
Los lavaderos tuvieron utilidad  hasta cuando llegó el agua corriente a los pisos y se pudieron  instalar en ellos las lavadoras de turbina. Fueron la primera generación de estos electrodomésticos llegados a Cádiz.  La ropa después del lavado se tendía  en los cordeles, pero ahora del patinillo interior.
La finca de mi azotea forma una esquina y tiene la ventaja  de tener dos pretiles uno a cada lado de sus dos calles. Desde ellos se puede contemplar casi toda la ciudad, si falta algo por ver solo tienes que subir a la doble azotea o mirador. También tiene mi azotea  un hermoso patinillo. Une los dos pisos que tiene cada planta y desde allí nos comunicábamos con otra zona de nuestra casa o con lo vecinos sin necesidad de utilizar el “móvil”, porque no existía claro.

Saludos a tod@s.

Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. A. Machado




jueves, 11 de mayo de 2017

Presentación



Desde estas páginas quiero recordar las tres azoteas de las casas donde he vivido. La primera es la que más recuerdos me trae, desde que tuve uso de razón hasta que cumplí los veintitantos años. Los años de más recuerdos son de mediados de los cuarenta hasta final de los cincuenta, y son de mi primera azotea. Más tarde, durante algo más de un año estuve en la segunda, y desde el año 1968 me asomo a la tercera azotea.

Presentación 

Cádiz, desde mi azotea te contemplo, orgulloso de haber nacido en esta casa. Tengo el privilegio de tener una azotea desde donde poder ver y escuchar tus torres campanarios, las más cercanas las de las iglesias de San Lorenzo y  San Antonio y un poco más alejada la catedral.   A muy pocos metros se encuentra la montera con el patio acristalado del primer colegio de San Felipe Neri, al lado la Iglesia de San Felipe con su techo en forma de quilla de un barco al revés.   Allí los parlamentarios discutieron y aprobaron la Constitución del 1812.  

Durante mis primero veinticinco años de vida, hasta que marché, pude contemplar desde mi azotea la copa de los árboles del Parque de Genovés o darle la mano a la Torre Tavira. El mar lo veía por poniente, a mis pies dos calles que se cruzan y dividen la ciudad en cuatro gajos. Descansar, leer, pensar, charlar, contemplar, todo desde mi azotea que es la más alta de mi entorno y situada en la parte más alta de la ciudad, todo un gusto.

Mi azotea tiene una parte más alta en forma de mirador, que se construyó sobre el techo de los lavaderos. Éstos hace muchos años fueron convertidos en  pequeños pisos. Se accede al mirador por una escalera formada por diez o doce peldaños y es la cima desde donde puedo contemplar los encantos de mi ciudad.

Las azoteas están divididas por muretes o poyetes, ninguna de las dos palabras figura en el diccionario, pero es por estos nombres como se le conoce. Son una continuación de los muros de la vivienda. Normalmente estaban adornadas con macetas y al mismo tiempo servían para colocar el cubo con la ropa lavada mientras se tendía en los cordeles destinados a tal fin. Allí se secaría la ropa y el sol sería el encargado de dar el toque de color a cada una de ellas.

Dando pequeños saltos de una finca a otra se podía recorrer la manzana para charlar con algún amigo o vecino, en esta ocasión yo no voy a dar ningún salto, me voy a quedar en mi azotea para contemplar mi Cádiz.

Caminante

Caminante Nunca me hubiera yo imaginado escribir 50 blog,perdón, ni uno .Escribir nunca ha sido lo mio , pero saltó esta oportunidad...