Sierra
del Pinar. Cádiz
GAVIOTAS
En mi azotea y sobre mi
cabeza revoloteaban las gaviotas los días que presagiaban mal tiempo los
marineros en el mar. Eso ocurría en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado,
hoy las gaviotas se pueden posar o pasar cerca de ti paseando por la playa en cualquier
época del año, si no están peleando con las palomas por un trozo de comida.
Las gaviotas se vincula tradicionalmente a los ecosistemas marinos,
pero la creciente "colonización" por ellas de puertos y núcleos
costeros está deteriorando el patrimonio, obligando a huir a otras especies y
causando "ruido y molestias".
Muchas de estas aves han sustituido los barcos pesqueros por las grandes
ciudades, para ellas es más fácil conseguir alimento en la ciudad, no tienen
depredadores y los nidos y cobijos están más protegidos que en otro lugar, en
definitiva con más facilidades para alimentarse, anidar y multiplicarse.
Al atardecer o al amanecer los pequeños barcos de pesca entraban o
salían de los puertos pesqueros cortejados por las gaviotas, hoy los esperan en
tierra.
Dicen que las gaviotas lloran, entre los amigos de estas aves
se extiende la idea que efectivamente lloran para eliminar la sal de su
organismo, de sus observaciones se desprende que al contener una gran cantidad de
sal el agua bebida en el mar si no la eliminan, a la larga sería letal.
Hace unos días una de estas gaviotas me hizo acompañarla en su revolotear a gran altura, me estuvo enseñando la ciudad y luego me invitó a posar con ella en la playa de la Caleta.
Qué bonito se ve desde el cielo el barrio de la Viña, calles
de la Rosa, Corralón de los Carros, San Bernardo, San Félix, la Palma o la taberna del Manteca, hasta el cielo llega el olor a chicharrones, que olor, (para los que no conozcan lo que es un chicharrón, decirles que es un trozo de carne de una parte especial del cerdo, frito en manteca natural del animal con unas especies naturales secretas del cocinero), naturalmente que esta bueno., bueno.
La propia playa tiene un encanto difícil de comparar, los edificios y castillos que la rodean tienen mucha historia que contar.
La propia playa tiene un encanto difícil de comparar, los edificios y castillos que la rodean tienen mucha historia que contar.
Nos acercamos hasta la balaustrada desde donde se puede
ver y gozar de la belleza y paz que tiene esta Caleta, la hora del día no
importa pero si es al atardecer mucho mejor. Lugar de refugio, esparcimiento,
ocio y disfrute de los vecinos de este barrio, un gusto para todos los sentidos
del paseante que quiera sentir sensaciones inolvidables, belleza para la vista,
olores a mar y roca para los sentidos olfativos, ruidos suaves con el roce del
mar con las rocas para los auditivos, gusto a algas marinas para los gustativos
y un ocaso de sol para el disfrute y relajación. También podemos percibir en
el resto visible del antiguo y cegado canal Bahía-Caleta, también llamado de
Ponce que dividía prácticamente la ciudad en dos mitades y fue puerto de los
fenicios.
Dos castillos que la abrazan y cuidan para que las
aguas lleguen suaves a la orilla de su playa, a la derecha el de Santa
Catalina, a la izquierda el de San Sebastián, en el centro de la playa el
Balneario de Nuestra Señora de la Palma y del Real, hoy dedicado a Centro de
Arqueología Subacuática.
Solo los caleteros conocen como la palma de sus manos
las piedras o marcas de su caleta, la piedra Cuadrá, la Palangana, la Redonda,
la Borriquera, la del Plomo, los Camellos, las Canteras, tantas y tantas que
conforman este precioso e incomparable rincón de la ciudad, entre sus piedras
sus cangrejos moros, mojarritas, erizos de mar y otras especies marinas, hacen
el disfrute de los mariscadores y pescadores del barrio.
Intento ya levantar el vuelo pero ha saltado el viento
de levante, es imposible, pero bueno que
mejor sitio para ver una puesta de sol.
Rumores de caracolas…
Lleva el Viento en ésta playa
mientras le dicen a las Olas,
rema, marinero y calla. Gaviota blanca de Rafael Alberti
Abrazos para tod@s.
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