Plaza de la Jara. Iglesia de San Antonio, foto tomada de la web
Caballa, caballa….. las llevo de a kilo y mayores,
vamos niña la caballa fresca y gorda,
caballa, caballa…
En una tarde de verano, con un
pequeño aire de poniente y tendido en mi primera azotea, llegaban esas voces de
caleteros intentando vender su producto, paraban en cada esquina del recorrido
esperando que algún vecino/a acudiera a su invitación.
Tiempos de “caballa asa” con mucho
picadillo que se decía, hoy esas caballas caleteras son pocas y caras,
degustarlas tiene su precio, los buenos restaurantes tienen su pedido hecho
para satisfacer el gusto de sus clientes, el resto de las pescadas se intenta
vender como se pueda.
Me asomé al pretil y vi a dos hombres
cargando con su tarima, cubo de agua
para refrescar la mercancía y las pocas
caballas que les quedaban, posiblemente se dirijan para su barrio de la Viña.
Al mismo tiempo sonaban las campanas
de la Iglesia de San Antonio, desde mi azotea se ven perfectamente las dos
torres tan vistosas que tiene la iglesia,
fue edificada sobre la antigua ermita de San Antonio en el Campo de la
Jara.
Estando en la plaza de San Antonio
podemos recordar algunos de sus edificios más notables. Todo apunta que a
partir del año 1656 se empezó a urbanizar esta zona, el barrio del Populo estaba
poblado completamente y tenían que buscar otra lugar.
Pensaron que este
lado de la ciudad podía ser la zona noble, ya que reunía todo el atractivo para
la expansión que necesitaban, terreno y jardines.
Esta zona del campo de la Jara era
por aquellos tiempos los extramuros de la ciudad, lo primero que pusieron fue
la ermita, cerca se encontraba el pozo de agua dulce que abastecía de agua a la
ciudad.
Es una plaza completamente cuadrada
ideal para todo tipo de acontecimientos de multitud de personas, ni un solo
árbol, ni fuente, ni cualquier otro elemento que pueda entorpecer la estancia
de personas o exposición.
Uno de los pozos existentes, parece
que fueron tres en la plaza, enviaba agua a la fuente de Hércules en la Plaza
de San Juan de Dios para el abastecimiento de los buques allí fondeados.
En uno de sus edificios estuvo
ubicado el Café Apolo, célebre en los años de 1800 por las reuniones que tenían
en él la clase política.
La plaza la encontramos llena de
palacetes de diferentes estilos, la finca con el nº. 1 también es un palacete
en este caso construido en 1910 por Juan Cabrera Latorre para el banqueo
Aramburu de Mora, siendo sede de la Banca Aramburu Hermanos.
No muy lejos se encuentra el Casino Gaditano,
según la Guía de Arquitectura de Cádiz, Casa del marqués del Pedroso, Palacete
Isabelino con detalles historicistas, decoración neomudéjar en el patio, la fachada de Juan de la Vega.
El interior del edificio es una joya
arquitectónica. Desde el patio, escalera y corredores. Su construcción llamó
mucho la atención por su hermosura, hoy sigue como punto de reuniones y encuentros de todo tipo.
Su preciosa biblioteca contiene un patrimonio documental y bibliográfico de gran valor como fuente de investigación,
se le calculan unos 10.000 volúmenes.
En el nº. 14 se encuentra la “Casa de Pemán” donde vivió muchos años el escritor gaditano. Muy cerca
está la Entidad Bancaria "Unicaja", en su parte trasera se estableció el “Monte de Piedad de
Cádiz” de diferentes recuerdos para muchas familias de Cádiz.
En el nº. 10 hay una placa para
recordar que en ese lugar el día 4 de marzo de 1812 se instauró la Lotería
Nacional Española. En plena Guerra de la
Independencia el ministro del Consejo y Cámara de Indias, pensó en un medio
para aumentar los ingresos públicos, ya que las arcas del estado estaban vacías
por la guerra.
El ministro presentó en las Cortes de
Cádiz el mismo proyecto que funcionaba en Nueva España, hoy México, sobre
Loterías del Estado, le fue aprobado en noviembre del año 1811.
Desde esa fecha
se han celebrado en Cádiz tres sorteos, el 4 de marzo del año 1969 como
homenaje al sorteo número 5.000, en 1987 celebrando el 175 aniversario de su
creación y por último el 6 de enero del año 2012 conmemorando el bicentenario
de la Constitución de 1812.
Como no dedicarle una mañana a esta
plaza tan llena de historia, bajaremos de la azotea para sentarnos en uno de
estos bancos que rodean la plaza y se la dedicaremos.
Cuando vuelvo a la azotea no hay ni
rastro de los caleteros, pero su pregón llega hasta estos días en mi memoria,
caballa, de a kilo y mayores, caballas…
Abrazos a Tod@s
No es la edad, sino la actitud lo que nos hace
jóvenes. Antonio Gala
muy bueno como siempre, un abrazo muy fuerte para los dos.
ResponderEliminarMuy bonito manuel.Recuerdo esas caballas en la plaza cruz verde con mis padres
ResponderEliminarAhora me comìa yo una caballa asá!!!
ResponderEliminarque bonito tito
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