Exposición
Domingueros
Un domingo en las canteras de Puerto
Real
Son las ocho de la mañana de un
domingo cualquiera es primavera de los años setenta, el día parece clareado podemos disfrutar de un
buen día, llamamos a los niños mientras los mayores hacemos la correspondiente
tortilla, filete empanados y papa aliñada, que no se olvide el tinto en la
nevera de mano y algunas cosas más
.
Tendremos que ir preparando el coche antes
que nos llamen los demás de la familia que ya están listo para comenzar la
jornada. En el coche ya no entra nada más y faltan por embarcar las bicicletas.
Después de muchos ajustes y desajuste entra todo en el coche y podemos empezar
el viaje, bien sea a la carretera de Puerto Real o al Colorado, dos sitios
ideales para niños y mayores.
Los niños disfrutando con sus juegos
y bicicletas, los padres charlando del día a día mientras disfrutan de algo fresco y de comer, cuando la tarde cae
es momento de recoger todo para el regreso, no queda otra
.
Se ha echado un buen día, el tiempo
ha acompañado, niños y mayores se lo han pasado bien y mañana los trabajos y
los colegios nos esperan.
Insoportable los atascos de vehículos
desde cualquiera de los dos destinos, bien sea para atravesar Puerto Real o el
cruce de los tres caminos, es habitual que ocurra pero no tenemos más remedio,
si queremos tomar un rato el aire.
Años más tarde habían ido cambiando
las costumbre, los que pudieron o quisieron se compraron un campito con casita
o sin ella, para luego ponerlo a su gustos y preferencia, se acabó el descaso
dominguero hay que trabajar, decían alguno, además tenemos que venir todos los
fines de semana pues tenemos que terminar lo empezado la semana anterior o
empezar lo nuevo. El disfrute del campo y la casita llegaría años más tarde,
cuando todo estuviera casi terminado.
No contábamos con los niños, si los niños
se han hecho mayores y no quieren venir al campo, pues los niños no se pueden
quedar solos en casa, decían los
mayores, pues ya veremos lo que hacemos.
Cada uno buscó la solución mejor posible y los años continuaron pasando.
Creo que el sistema ha seguido igual,
con la diferencia de que ya no se va a la carretera de Puerto Real o al
Colorado, ahora chalet en el campo o paseos por la ciudad.
Así transcurría esa época y lo
pasábamos bien, los que no tenían coche les quedaba un fin de semana recluidos
en casa o paseando, muchos nos llamaban domingueros, eran los que no podían salir
de la ciudad o los que tenían ese chalet tan buscado por otros.
Saludos.
No hay camino para la paz, la paz es el camino.
Mahatma Gandhi